Pese a que transcurren los años y las décadas, el mito de Elvis Presley se resiste a desaparecer y miles de personas se reúnen estos días en Memphis, la ciudad en la que “el rey del rock” forjó su leyenda, para revivir su inolvidable figura en el 40 aniversario de su muerte.
En esta ciudad de Tennessee, en la que Elvis (Tupelo, 1935) instaló su mansión “Graceland”, se celebra cada año ‘La Semana de Elvis’, una enorme fiesta que congrega a los fans del músico en torno al 16 de agosto, el día en el que falleció en 1977.
Este 16 de agosto se cumplen 40 años desde que falleció Elvis Presley, el segundo artista más exitoso de todos los tiempos en términos de discos vendidos (600 millones), detrás de Los Beatles.
Su legado es innegable: fue el primer músico en bailar de forma desenfrenada en el escenario y pudo botar las barreras raciales que existían en la época, al comercializar el género del rock and roll, creado por Chuck Berry y orientado especialmente a las personas de raza negra en los 50’s, y lo transformó en algo cool y revolucionario para la época.
Al igual que muchos artistas, tuvo una vida desprolija y llena de excesos. Antes de perecer, padecía glaucoma, hipertensión arterial y daños en el hígado, producto del abuso de toneladas de drogas que se ingestó en el organismo.
Su novia, Ginger Alden, quien lo fue a visitar a su apartamento, lo encontró inconsciente en el suelo un día 16 de agosto de 1977. La mujer llamó a personal de salud, trataron de reanimarle y lo llevaron a un hospital en Memphis, pero la noticia era oficial: Elvis Presley falleció a las 15:30 horas en el Baptist Memorial Hospital.